Carta para ti, mami.
Miami, Marzo de 2006
Pensé que hacerte este website para tu cumpleaños -2 de febrero- sería un hermoso regalo, la mejor forma para que, quienes te quisimos y te queremos tanto, tuviesen un poco de ti ahora que ya no estás. Pero cada vez que me sentaba a escribir, simplemente no podía.
Como ahora, por ejemplo, que mientras tecleo, lloro; porque te extraño mucho, como nunca pensé que podría extrañar a alguien. Sí, definitivamente, me haces muchísima falta. El dolor de perderte ha sido intolerable, muchas veces brutal. Sin embargo, me he propuesto escribir mucho, mucho, con la esperanza de que al exprimirme la memoria, pueda comenzar a llenar este hueco tan profundo que me ha dejado
tu muerte
. Honrar tu memoria, eso es lo que necesito para comenzar a sanar.
Una amiga -que no te conoció- me dijo: "Tu madre debió ser un árbol maravilloso...". Al principio me pareció sólo una frase agradable; pero mientras más lo pensaba, más iba tomando forma la hermosa analogía; y sí... si inclino la balanza hacía la poesía, fuiste tan grandiosa como un hermoso Boyacán, dándole sombra y cobijo a todos los que te rodeaban... fuiste realmente un árbol maravilloso, Ma. Y con esa madera fina y aromática, confío en que tus ramas serán la inspiración de mi relato.
No sólo quiero escribir sobre ti, sino más bien contar tus anécdotas, las cosas que te gustaban, todo lo que disfrutabas. Lo dulce que eras con todo el mundo (a pesar de que no todos merecieran tu dulzura), y lo espiritualmente evolucionada que estabas para nuestro tiempo. Lo mucho que leías sobre ángeles, lo mucho que creías en ellos. "Habla con tu ángel", me decías.

Mami, mi ángel eras tú... de carne y hueso, atlética, optimista incorregible y la mejor amiga, una hermana como pocas y nuevamente (no me importa repetirme) un Ser Humano Extraordinario; con unas alas bien grandotas con las que nos cuidabas y nos consentías...